jueves, 18 de diciembre de 2008

CRONICAS DE UN NOSFERATU XX

Llegué a casa al anochecer, cansado, exhausto, decepcionado. El mentor me recibió con evidentes signos de preocupación.
- ¿Se puede saber, dónde has pasado el día?- preguntó fuera de si- Estábamos preocupados...
Le miré atónito. Me recordaba la actitud de mi padre cuando yo era jovenzuelo y solía llegar a casa a horas intempestivas. Él me hacía chantaje emocional poniendo a mi madre como excusa. El mentor ponía al chucho. Creo que eso fue el principio del surrealismo. Por un momento me imaginé al lobo secándose las manos en el delantal, y gritando: " Me estás destrozando la vida", y el típico... " me vas a matar a disgustos". Y al mentor diciendo... " Eres un sinvergüenza, no vas a sacar nada en claro en la vida" y esa típica pregunta retórica... " ¿Tu te crees que hay derecho a que el saco de pulgas se lleve este disgusto?"
La imaginación me hizo brotar una sonrisa sarcástica.
-¡Y encima se ríe! - exclamó el mentor-
Y me soltó una bofetada tan sonora, y tan fuerte que mis orejas aplaudieron la acción.
- Ya comenzaba a echar de menos estos gestos de cariño por su parte- dije intentando incorporarme del suelo- ¿ Se puede saber a que viene tanta preocupación por mi?. Creo que soy mayorcito como para pasar un día fuera de casa.
El lobo corrió hacia mi con gesto triste y nervioso para ayudarme. Tomó mi cara entre sus manos y me preguntó:
- ¿Estas bien?.
- ¡Quita esas manos, llenas de roña, de mi cara! , ¡Saco de garrapatas!
- Un momento... - interrumpió el mentor mirando mi cuello-
Tapé las marcas que me había dejado la demoiselle, como un jovenzuelo que disimula un chupetón.
El mentor miraba receloso...
- Aparta la mano- me dijo- deja que vea que tienes ahí...
- Nada. ¡Ah si! , bueno..., esto... que me he caído...- dije avergonzado-
El enfado del mentor se fue transformando progresivamente en un ataque de risa que le obligó a sentarse en el suelo y apoyarse en la pared.
- ¿Te has caído encima de los dientes de un vampiro?- dijo en medio del movimiento convulso-
- Le podía haber pasado a cualquiera- me defendí, aun sabiendo que la causa estaba perdida-
El lobo intervino.
- Dari - me dijo- a ver si se te va a infectar, hijo.
- Dejame que te explique una cosa, criadero de parásitos. Mi madre tenía menos pelo, menos pulgas, y menos mierda en las manos. Si se me infecta, será porque me has puesto las manazas encima.
Me dirigí al mentor.
- Ya sé que a usted es imposible que le muerda un vampiro , pues tendría que atravesar la capa de roña que conserva con celo en el cuello, y eso es imposible para unos colmillos de tamaño medio. Empiezo a sospechar que no se lava en defensa propia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"me he caído"
Juasssssssssjuasjuasjuasjuassss!!!

Se supera usted en cada entrega, jajaja, creo que a la proxima llevaré puesta la tena lady, jajajaja!



Un beso


P

Leni dijo...

jajajajaja...
Este Nosferatu es un caso¡¡¡
Muy bueno¡¡¡
Beso
Sigo